Lisbeth considera que Cristian Ortiz es un mentor empático y comprometido, capaz de guiar con claridad y humanidad a quienes desean transformar su vida desde el interior.
Reconoce que el proceso de Máxima Productividad fue una experiencia profundamente reveladora que le permitió reencontrarse consigo misma, reestructurar su tiempo y recuperar su serenidad emocional.
Afirma con convicción que vale totalmente la pena vivir este proceso, porque no solo ayuda a ser más productivo, sino que enseña a vivir con propósito, disciplina y alegría verdadera.

