Alexander considera que la mentoría fue una de las mejores decisiones de su vida, porque encontró el acompañamiento que necesitaba para salir de su estancamiento.
Asegura que el verdadero valor está en tener un mentor que no solo comparte conocimiento, sino que impulsa, motiva y reta a poner en práctica lo aprendido.
Recomienda con total convicción este proceso, afirmando que invertir en uno mismo siempre es lo mejor, porque permite crecer, ganar disciplina y avanzar hacia los sueños con claridad.

